Ciertamente todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su hora.
Contamos con tiempo de nacer, de morir; de plantar y de arrancar; hay tiempo para reír, para llorar, tiempo de buscar y tiempo de perder (Ecles. 3:1). De igual forma, hay tiempo para buscar éxito, pero también, y muy importante, tiempo para buscar propósito.
Antes que nada debemos analizar bien el significado de este keyword (Propósito) y lo llamo así, porque es una llave que abre puertas que nadie puede cerrar.
Propósito: Su definición indica que es la determinación firme de hacer algo. Es el objetivo que se pretende alcanzar.
Mi pastora y gran consejera, Apóstol Wendy Pacheco, nos comparó profundamente sobre lo que es la «vida de éxito» y la «vida con propósito», y me queda clarísimo en cual de estas dos vertientes me encuentro.
El éxito es pasajero, nos da una alegría momentánea, mientras que el propósito es constante, es eterno; es un servir permanente y trabajo enfocado hasta alcanzar el objetivo, por supuesto, con Dios a la cabeza.
Este nuevo año que se avecina es tiempo de proponernos lograr esas metas, esos proyectos, esas ideas, que han estado guardadas durante algún tiempo. Pero, como hay tiempo para todo, es imperativo que entreguemos en las manos de nuestro creador el inicio de este nuevo andar; los pasos a dar en este nuevo año; que podamos presentarle nuestros planes y contar con su anuencia para que su voluntad, gracia y poder se manifieste, pudiendo ver así logrado lo que nos hemos propuesto.
Sin lugar a dudas, contamos con dones y aptitudes de gran valor dados por nuestro Padre que está en los cielos. Lo importante es ponerlos en marcha y saber qué ÉL está en control de todas las cosas.
Despidiendo este 2017, repasemos los éxitos, los fracasos, y pongamos nuestras fuerzas en los propósitos, porque éstos son duraderos y son los que nos llevan a una vida plena, a una vida de servicio, a una vida donde la egolatría, el yoísmo no tienen cabida.
Los invito a que realicen su lista de propósitos. Presentenla a nuestro creador en oración, en humildad y de sincero corazón. Pongan en movilización sus conocimientos, impúlsenlos y tengan FE.
Fue un gusto conocerte 2017, fuiste un gran año para mí, lleno de experiencias, aprendizajes, bendiciones y abriste una puerta que es la más importante de todas para mí: «Conocer a mi Señor Jesús de una forma personal y única» ; bienvenido 2018, sé que serás un año de recoger la cocecha, de dar y de recibir. ¡Declaro en este nuevo año cielos abiertos a nuestro favor!